Alguna vez te has preguntado cómo funciona tu mente?
Si no te has hecho esta pregunta antes, puede resultar muy útil saber algunos conocimientos básicos. Esto podría ayudarte a entender cómo realizas tus actividades cotidianas, la forma en la que piensas y cómo todo esto influye en la forma en la que experimentas la realidad. Exploraremos cómo se forma tu mentalidad y algunos consejos para mejorarla.
Pero primero hagamos una importante distinción:
Mente Vs Cerebro
La relación entre el cerebro y la mente es compleja y tiene múltiples facetas. La rama de la ciencia que se dedica a estudiarla se denomina Neurociencia Cognitiva. Aquí veremos una breve diferencia:
- El cerebro es un órgano físico, el componente principal dentro del sistema nervioso central. Se encuentra en acción las 24 horas del día, aún cuando descansamos. Su función principal es monitorear y dirigir las funciones y los sistemas del cuerpo. Algunas de esas funciones son procesar la información que incorporamos mediante los sentidos, regular la respiración y el funcionamiento de la frecuencia cardíaca, el control motor, y también procesos cognitivos como el aprendizaje, la memoria y la toma de decisiones.
- La mente se trata de un concepto más abstracto que incluye los procesos mentales que ocurren dentro del cerebro. Aspectos como la forma en que percibimos, sentimos, pensamos, e incluso la capacidad de notar nuestra propia conciencia. La mente es el resultado de la manera en que se realizan las conexiones entre las neuronas del cerebro.
Pero, qué son las neuronas?
Las neuronas son células. Están especializadas para transmitir señales eléctricas y químicas dentro del cerebro y a lo largo del sistema nervioso para procesar la información.
Son importantes porque le permiten al cuerpo interactuar con el entorno, procesar estímulos, generar respuestas adecuadas y coordinar un sinfín de actividades fisiológicas y cognitivas.
Se cree que el cuerpo humano consta de alrededor de 86 mil millones de neuronas. Si te cuesta imaginar esta cantidad, piensa que los científicos estiman que nuestra galaxia, la Vía Láctea, contiene al menos unas 100 mil millones de estrellas en su interior. Es como mirar al espacio dentro de nuestra mente!
Pero el asombro no termina ahí. Además de las neuronas, existen otras células que protegen a las neuronas, llamadas células gliales. Ellas son el gran soporte del sistema nervioso central, y lo interesante es que son aún más numerosas que las neuronas.
Entonces…
Cómo se forma un pensamiento?
El hábito de pensar es tan natural que puede pasar desapercibido. Sin embargo, resulta importante notar que desde esta sutil acción se desencadena toda nuestra percepción acerca de la vida, de los demás y de nosotros mismos.
Veamos los pasos para formar un pensamiento:
- Existe un estímulo, el cual puede provenir del entorno que nos rodea o de una señal interna como producto de una experiencia sensorial, una idea previa, una emoción, o una situación que necesita ser resuelta.
- El cerebro percibe la información que capta por medio de los sentidos físicos.
- El cerebro selecciona y se enfoca en lo que considera relevante, dejando de lado el resto.
- El cerebro interpreta y asocia la nueva información que recibió con el conocimiento que estaba almacenado en la memoria, desarrollando el “proceso cognitivo”.
- Basado en lo anterior, el cerebro genera nuevas ideas, conceptos, y/o respuestas. En esta etapa se activan las redes neuronales.
- Ahora el cerebro evalúa y revisa esas ideas, usando parámetros como su relevancia, precisión, coherencia, y utilidad.
- Ya formado el pensamiento, pasa a ser comunicado o expresado. Esto lo hace por medio del lenguaje (palabra), la acción, y/o la emoción.
En síntesis, nuestro sistema mental es un complejo entretejido que involucra diversas áreas del cerebro. Al saber cómo funciona la asombrosa cadena de engranajes neuronales, podemos entonces pasar a la siguiente pregunta.
Tenemos control sobre lo que pensamos?
Comprender los mecanismos que usa nuestra mente para razonar nos puede hacer creer que ya estamos listos para tener el control sobre lo que pensamos. Sin embargo, cuántas veces te has captado en un trance, pasando de pensamiento a pensamiento, como si un demonio se hubiese apoderado de tu cabeza?
Lo que sucede es que, una vez que se forma un pensamiento, significa que se ha generado una red neuronal asociada a él. Y se sabe que el cerebro sigue un principio básico: usar la menor energía posible. Una vez generada esa red, ya pasa a ser un camino neuronal conocido en nuestra mente. Esto quiere decir que se convertirá en una vía de menor fricción, y por lo tanto de menor gasto energético. Esta es la razón por la cual un pensamiento que se vuelve repetitivo usa menos energía, y por lo tanto es más fácil que se transforme en un hábito de pensamiento: recorre el mismo camino una y otra vez hasta hacerse automáticamente.
Los hábitos de pensamiento sencillamente son pensamientos que encontraron la forma de generarse sin la necesidad de que decidamos tenerlos. Estos patrones ya establecidos van moldeando nuestra mente, y con la repetición suficiente van constituyéndose en creencias. Estas son una instancia más profunda y difícil de controlar, pues las consideramos como una verdad. Sin embargo, ahora puedes comprender que todo lo que consideras como verdad respondió a un meticuloso proceso mental que se fue consolidando en tu mente a causa de lo que experimentaste, sentiste, percibiste e interpretaste de ciertas circunstancias. La verdad pasa a ser relativa.
Entonces la respuesta a la pregunta es: sí, podemos controlar lo que pensamos.
Pero, cómo?
Nuestra capacidad de cambiar la mentalidad
Como vemos, contamos con una tecnología bastante compleja y eficiente. Lo que sabemos del funcionamiento del cerebro y la mente está en constante expansión. Gracias a los nuevos avances de la neurociencia, ahora sabemos que el cerebro y la mente cambian, lo que se conoce como neuroplasticidad.
Resulta asombroso y, claro que sí!, esperanzador saber que tenemos la capacidad de reorganizar y reestructurar nuestro cerebro en base a las experiencias que vivimos, lo que aprendemos de ellas y el entorno al cual nos exponemos. Esto quiere decir que a medida que vamos viviendo situaciones en nuestra vida, se van generando conexiones nerviosas en nuestra mente como resultado de ellas. Cuando, con el tiempo, pensamos las mismas cosas una y otra vez, hemos desarrollado una cierta mentalidad.
Pero qué sucede cuando hemos desarrollado una mentalidad con la que no nos sentimos a gusto? Qué sucede si nuestra forma de pensar se ha vuelto negativa y queremos transformarla en una positiva? Qué necesitamos saber para tomar el control sobre ese cambio que queremos hacer?
Para respondernos, veamos lo siguiente:
Hay algunos factores que influyen para cambiar nuestra forma de pensar:
- Conciencia: A menudo, no somos conscientes de todos nuestros pensamientos, ya que, como mencionamos anteriormente, muchos de ellos ocurren de manera automática e inconsciente. Sin embargo, mediante la práctica de la atención plena y la auto-observación, podemos volvernos más conscientes de nuestros pensamientos e influir en ellos. Es decir, en este paso detectamos lo que estamos pensando.
- Atención y enfoque: al dirigir nuestra atención consciente hacia determinados temas o ideas, ganamos control sobre ellos. Al enfocarnos en pensamientos positivos o constructivos, podemos influir en nuestro estado de ánimo (emocional) y en nuestra perspectiva. De esta manera, estamos volcando nuestra energía en lo opuesto, transformando lo negativo o contraproducente en positivo o beneficioso.
- Creencias y actitudes: Nuestras creencias y actitudes pueden afectar la forma en que procesamos la información y generamos pensamientos. Al cuestionar creencias limitantes o distorsionadas y cultivar actitudes positivas, podemos influir en la calidad y el contenido de nuestros pensamientos. En esta instancia, se requiere ir bien profundo, hacia aquellos pensamientos que se repitieron tanto que los consideramos como una verdad. Y seleccionamos aquellas que no nos están generando resultados positivos en nuestra vida, para poder reemplazarlas por creencias nuevas que sí lo hagan.
- Práctica y entrenamiento: Al practicar técnicas de autorregulación cognitiva, como la reestructuración cognitiva o la visualización positiva, podemos aprender a manejar y re-dirigir nuestros pensamientos de manera más efectiva. La práctica regular de estas técnicas puede fortalecer nuestra capacidad para controlar y gestionar nuestros pensamientos. En esta instancia, usamos la técnica que más ama nuestro cerebro hacer: la repetición. Otros ejemplos de prácticas son las afirmaciones positivas y/o las hipnosis para reprogramación mental.
- Contexto y entorno: El entorno en el que nos encontramos y las situaciones que enfrentamos pueden influir en nuestros pensamientos. Al cambiar nuestro entorno o nuestra situación, podemos influir en los estímulos que recibimos y, por lo tanto, en nuestros pensamientos. Puede suceder, por ejemplo, que no te puedas mudar de estado o de país en este momento, pero puedes cambiar el entorno de los lugares que frecuentas, las actividades que realizas en grupo, la forma en que pasas tu tiempo libre, la información que consumes. Enfócate en todo aquello que esté en tus manos cambiar.
En definitiva, puedes usar estos factores como una guía de consejos prácticos a seguir para modificar cualquier mentalidad que quieras dejar atrás.
Concluyendo…
Como hemos visto, nuestra mente es un sistema brillante y altamente especializado. Tiene la particularidad de automatizar con gran rapidez los procesos mentales, y esto lo hace para ayudarle al resto del cuerpo a optimizar el uso de energía. Sin embargo, nos presenta el desafío de revisar constantemente qué es lo que está automatizando, y si esto es para nuestro mayor beneficio.
Lo más grandioso de entender tu mente, es que ganas control y soberanía sobre la manera que elijas utilizarla. De esta manera, puedes mejorar tu mentalidad siempre que tengas la voluntad y la perseverancia de hacerlo.
La elección es tuya.
Como dijo Buda:
“La mente lo es todo, es en lo que piensas y en lo que te conviertes.”
Fuente de imágenes: Vecteezy.com