Cuáles son los 6 miedos básicos que toda persona enfrenta a lo largo de su vida? Nos basaremos en las inmortales ideas de Napoleon Hill para hablar al respecto. A su vez, hablaremos de la importancia de interpretar los miedos de una forma beneficiosa.
Quién fue Napoleon Hill?
Si no conoces a este señor, fue un escritor y orador estadounidense muy conocido que contribuyó ampliamente a los campos del desarrollo personal y la autoayuda. Su libro más famoso fue “Piense y hágase rico”, publicada por primera vez en 1937. En esta obra, compiló los conceptos clave que había descubierto a lo largo de una extensa investigación que realizó mediante entrevistas a personas exitosas de la época.
Si bien esta obra fue escrita en otros tiempos, su contenido sigue siendo de inmenso valor en la actualidad.
Compartiremos su visión acerca de los miedos que enfrentamos como seres humanos. Porque saber acerca de nuestros miedos nos permite lograr un mayor entendimiento de por qué se presentan, para así poder lidiar con ellos más fácilmente y transformarlos en aprendizaje valioso.
Antes de abordar los 6 miedos básicos, veamos de qué se tratan los miedos, y por qué es importante dominarlos:
Qué son los miedos?
Tanto los miedos, como la indecisión y las dudas son aspectos que se presentan en todos los seres humanos en al menos algún momento de sus vidas.
Según el autor, los miedos no son otra cosa que estados mentales, y están sujetos a control y dirección. Para que un individuo cree cualquier cosa, primero ha de concebirlo en la forma de un impulso de pensamiento. Y estos impulsos de pensamiento comienzan a traducirse inmediatamente en su equivalente físico, ya sea que esos pensamientos sean voluntarios o involuntarios.
Esto quiere decir, que aquello que pensamos determina nuestros estados mentales, y una vez que hemos pensado lo suficiente de una manera, entonces comenzamos a materializar eso que pensamos, siendo o no conscientes del proceso. Muchos de esos pensamientos provienen de fuentes externas, es decir que fueron creados en las mentes de otras personas. Estos últimos, junto con los pensamientos diseñados por nosotros mismos, constituyen las creencias que vamos incorporando a lo largo de la vida. Y ellas determinan tu destino financiero, en los negocios, en lo profesional, en lo social, en cada aspecto de tu vida.
La importancia de la interpretación de los miedos
Es importante notar que los miedos generan todo un cóctel emocional en nuestro cuerpo. Y las frecuencias típicas asociadas a los miedos son de baja vibración (sí, los miedos pueden ser medidos en término de ondas, ver imagen de la escala de emociones del Dr. Hawkins). Ahora bien, la interpretación que hagamos sobre los miedos es lo que nos permitirá transmutarlos en emociones de mayor frecuencia, es decir más elevadas, y nutrirnos del aprendizaje que esconden del otro lado de su superación.
El entendimiento de los miedos, como también la buena gestión de los mismos, marca la diferencia entre ser una “persona de suerte” a la que todo parece salirle bien, y una “persona con mala suerte” a la que todo parece salirle mal. Esa diferencia de “suerte” se puede dar en personas que tienen las mismas experiencias, entrenamiento, habilidades…
Entonces: por qué unas logran salir adelante y tener éxito, y otras no?
Como dice Hill, todos los seres humanos tienen la habilidad de controlar completamente sus propias mentes. Por lo que, para responder a la anterior pregunta, es necesario enfocarse en cuál es tu nivel de control sobre tu propia mente. Una falta de control de la misma, facilita que el caos de una mente no entrenada gobierne tu vida.
Qué porcentaje del tiempo estás dejando que las creencias de otras personas, y tus viejas creencias limitantes, dictaminen lo que es la realidad para ti?
Comprendiendo el miedo como un estado vibratorio
Todo comienza con un pensamiento. Cada invención, cada creación. Cada suceso que ocurre en tu vida es atraído hacia ti como una respuesta a la vibración que emiten tus pensamientos. Por ello es importante dominar los miedos. Porque los miedos son alimentados por pensamientos recurrentes que tienes en tu mente. Y gran parte de esos pensamientos son automáticos, pues residen en tu mente subconsciente.
El principio hermético del Kybalion de la vibración enuncia que “nada está inmóvil, todo se mueve, todo vibra”. Como mencionamos anteriormente, el miedo así como todas las emociones humanas, tiene una cierta vibración. Si el miedo es nuestro estado mental permanente, cómo podemos atraer estados vibratorios típicos del coraje, éxito, y riqueza?
Es evidente que para superar los miedos tenemos que primero comprenderlos, entender su origen y su mensaje. Los miedos sencillamente nos brindan información, pues cada emoción tiene ciertas características que pueden expresarse como una onda. Y cada onda conlleva información específica. Es nuestra tarea como individuos desarrollar nuestras capacidades mentales para obtener un mejor dominio sobre nuestra realidad.
Dicho esto, pasemos a conocer cuáles son esos 6 miedos básicos que todos tenemos.
Los 6 miedos básicos
Según Napoleon Hill, existen 6 miedos básicos que cada ser humano experimenta a lo largo de su vida, en al menos una ocasión. Estos son (en orden de mayor frecuencia):
1- Miedo a la Pobreza
Este miedo es el más destructivo de los 6 miedos básicos y el más difícil de dominar.
El miedo a la pobreza paraliza la facultad de la razón, destruye la facultad de la imaginación, mata la auto-suficiencia. Socava el entusiasmo, desalienta la iniciativa. Conduce a la incertidumbre del propósito, alienta la procrastinación, y hace que el auto-control sea imposible. Se lleva el encanto de la personalidad del ser, destruye la posibilidad del pensamiento preciso, desvía la concentración del esfuerzo. Mata la persistencia, convierte la fuerza de voluntad en nada. Destruye la ambición, nubla la memoria, e invita al fracaso en todas las formas imaginables. Mata el amor y asesina las emociones más finas del corazón. Desalienta la amistad, invita al desastre en cientos de formas. Conlleva a la somnolencia, miseria e infelicidad.
Resulta evidente cuán destructivo puede ser.
Pero, de dónde surge la pobreza?
Resulta común pensar que la pobreza depende de las circunstancias externas a nosotros, y que estamos a la merced de las situaciones socio-económicas de un país o entorno. Sin dudas, existen diferentes condiciones iniciales que experimentan las personas según el lugar y contexto donde nacieron.
Sin embargo: cómo se explica que hay personas que, aún teniendo todo el contexto en su contra, logran salir de la pobreza, y viceversa, otros que nacieron con circunstancias económicas favorables caigan en la pobreza?
Desde que se creó el dinero como instrumento de valor, luego de que existiera el trueque, la sociedad fue adoptando este bien como sinónimo de buen estatus social y aceptación. A su vez, la calidad de vida de los individuos depende en gran medida de este bien para cumplir con sus necesidades básicas, por lo que es evidente que el miedo a no tener dinero tiene su razón de ser. Se trata de la supervivencia de los seres humanos en este mundo, en el cual se establecieron reglas de convivencia. Sin embargo, la riqueza no solo implica la adquisición de dinero y bienes materiales. Según Hill, la riqueza contempla un amplio sentido, involucrando la riqueza espiritual y mental, además de la material y financiera.
Como menciona esta obra maestra, el miedo a la pobreza no deja de ser un estado mental, y eso significa que está dispuesto a ser modificado por el individuo. Y en esta instancia es que el auto-conocimiento se vuelve una herramienta fundamental. La dedicación de tiempo y energía para comprender de qué se constituye nuestra mente en el presente, nos permite comprender toda la información que aceptamos como verdad en el pasado. Y esta forma de examinar es esencial para aquellos que demandan de la vida más que la mediocridad y la pobreza. Por lo tanto, la absoluta responsabilidad para cambiar esta mentalidad es del individuo. La mentalidad de riqueza no puede ser comprada o adquirida, debe ser creada.
Síntomas del Miedo a la Pobreza
Para abolir el miedo a la pobreza, resulta práctico guiarse por los Síntomas del miedo a la pobreza que nos resume Hill. Puedes tomarte un tiempo para reflexionar si presentas uno o varios de ellos, lo que te ayudará a tomar consciencia de qué aspectos te están llevando a ese estado mental.
- Indiferencia: expresado como falta de ambición; voluntad de tolerar la pobreza; aceptación sin protestar de cualquier compensación que la vida te pueda ofrecer; vagancia física y mental; falta de iniciativa, imaginación, entusiasmo y auto-control.
- Indecisión: hábito de permitir a otros que piensen por ti.
- Dudas: expresadas como coartadas y excusas para cubrirte, justificarte, o disculparte por tus fracasos, a menudo expresados como envidia por aquellos que son exitosos o criticándolos.
- Preocupación: expresados al encontrar fallas en otros, gastar más que lo que te ingresa, fruncir el ceño, intemperancia en el uso de alcohol y/o narcóticos; nerviosismo; falta de aplomo, auto-consciencia y auto-suficiencia.
- Exceso de precaución: hábito de enfocarte en el lado negativo de cada circunstancia, pensar y hablar de los posibles fracasos en lugar de concentrarte en los medios para tener éxito. Esperar el “momento correcto” para comenzar a poner las ideas y planes en acción, hasta que esperar se vuelve un hábito permanente. Pesimismo.
- Procrastinación: hábito de posponer para mañana lo que debería haber sido hecho el año pasado. Pasar demasiado tiempo creando coartadas y excusas para haber hecho el trabajo. Negarse a tomar responsabilidad. Comprometerse con las dificultades en lugar de aprovecharlas y usarlas como piedras angulares para el avance. Negociar con la vida por un centavo, en lugar de demandar prosperidad, opulencia, riquezas, contentamiento, y felicidad. Falta total de auto-confianza, definición de propósito, auto-control, iniciativa, entusiasmo, ambición, ahorros, y buena capacidad de razonamiento.
2- Miedo al Criticismo
El criticismo involucra una actitud excesivamente crítica, destructiva, o negativa hacia uno mismo y/o hacia los demás. Es una actitud que puede manifestarse como críticas constantes, juicios severos, desprecio o sarcasmo, y puede llegar a destruir la autoestima de una persona, como las relaciones interpersonales y el bienestar emocional.
El miedo al criticismo les roba a las personas su iniciativa, destruye su poder de imaginación, limita su individualidad, les quita la auto-suficiencia, y los lastima en cientos de formas.
El criticismo plantará miedo en el corazón humano, o resentimiento, pero no construirá amor ni afecto.
A menudo, las personas se encuentran sintiendo miedo a expresar sus verdaderas opiniones con respecto a temas polémicos o controversiales -como religión y política- por miedo a ser criticados.
Pero de dónde surge este miedo?
Reflexionemos sobre nuestro pasado. Durante la Inquisición, muchas personas eran quemadas en la hoguera por no creer en la iglesia, o Dios -desde un significado católico- y eran juzgados como herejes. Es decir, si uno no seguía las “normas” o los paradigmas imperantes de la comunidad, era ferozmente castigado. Por ello, no es sorprendente que el ser humano tenga temor a no seguir los lineamientos que impone la sociedad.
El criticismo tiene una peligros arista. Y es que cuando un niño es criticado desde temprana edad por sus padres, se le produce el mayor de los daños. Pues para los niños, sus padres son sus principales referentes y fuente de creencias. Dile demasiadas veces a tus hijos que son inadecuados y torpes, y eso es lo que ellos creerán de si mismos. Por ello, Hill piensa que el criticismo realizado por un padre a un hijo, generándole complejo de inferioridad en su mente debería ser considerado un crimen de la peor naturaleza.
Una propuesta interesante que hace el autor es que, en lugar de criticar, se pueden realizar sugestiones constructivas. Esto quiere decir, frases positivas en las que se recalcan las cualidades y buenos aspectos del ser. Y así se puede obtener el mejor beneficio de los involucrados -incluido uno mismo mediante la autosugestión.
Dado que este miedo está en casi todas las personas del planeta, es importante notar cuáles son sus síntomas, según Napoleon Hill:
Síntomas del Miedo al Criticismo
- Falta de Auto-consciencia: expresado como nerviosismo, timidez en conversaciones y en encontrarse con extraños, movimientos raros en las manos y extremidades, mover demasiado los ojos.
- Falta de aplomo: expresado mediante la falta de control de la voz, nerviosismo en presencia de otros, mala postura corporal, mala memoria.
- Personalidad débil: falta de firmeza en la decisión, de encanto personal, y de la habilidad de expresar opiniones de forma definida. El hábito de eludir los problemas en lugar de abordarlos directamente. Estar de acuerdo con otros sin examinar cuidadosamente sus opiniones.
- Complejo de inferioridad: el hábito de expresar auto-aprobación mediante palabras y acciones, como un medio para cubrir un sentimiento de inferioridad. Usar grandes palabras para impresionar a otros. Imitar a otros en su forma de vestir, hablar, y en sus modales. Alardear logros imaginarios. Aparentar sentirse superior.
- Extravagancia: el hábito de gastar más de lo que se gana.
- Falta de iniciativa: no lograr abrazar las oportunidades para el avance propio, miedo a expresar opiniones, falta de confianza en las ideas propias, responder evasivamente ante las preguntas de superiores, dudas en los modales y el discurso, engaño tanto en palabras como en hechos.
- Falta de ambición: vagancia física y mental, falta de autoafirmación, lentitud para tomar decisiones, tendencia a ser fácilmente influenciado por otros, el hábito de criticar a otros en sus espaldas y adularlos en su presencia, el hábito de aceptar la derrota sin protestar, renunciar ante la discrepancia con otros, sospechar de la gente sin tener una causa, falta de tacto en el discurso y modales, no aceptar la responsabilidad por los errores cometidos.
3- Miedo a la Enfermedad
Este miedo está muy relacionado con el Miedo a Envejecer y el Miedo a la Muerte, dado que al respecto hemos estado expuestos a numerosas historias e influencias desconcertantes a lo largo de nuestra vida.
La industria farmacéutica, como una gran mayoría de personas que realizan negocios en torno a la “salud” han estado interesados en “vender salud” a los individuos, por tanto existen intereses en que las personas enfermen y se mantengan enfermos. También existen creencias sobre lo malo que resulta envejecer y morir. Se trata de creencias muy arraigadas culturalmente sobre que estos eventos son negativos para las personas y que resulta ser un hecho que debemos aterrarnos por ellas.
Existe evidencia abrumadora que dice que a menudo la enfermedad comienza en la forma de un impulso de pensamiento negativo. Tal impulso puede ser pasado de una mente a la otra, mediante sugestión, o creada por un individuo en su propia mente.
Hoy en día, a esto se lo conoce como Efecto Placebo. Si bien hubieron numerosas investigaciones realizadas a lo largo de la historia que probaron este efecto, se le atribuye su reconocimiento formal a Henry K. Beecher. En su artículo de 1955 titulado «The Powerful Placebo”, Beecher analizó una serie de estudios clínicos en los que se observó que un alto porcentaje de pacientes experimentaba mejorías significativas después de recibir un tratamiento inactivo o sin valor terapéutico real, simplemente porque creían que estaban recibiendo un tratamiento efectivo. Así queda explicado que el poder de la sugestión puede hacer que un individuo se enferme, de igual manera que puede hacer que se sane, mediante el control de su forma de pensar y sentirse. Con esto, no intentamos despreciar la medicina occidental, simplemente recalcar el poderoso poder de la mente para sanar o enfermar.
Síntomas del miedo a la enfermedad
- Autosugestión inapropiada: el uso negativo de la auto-sugestión mediante la expectativa de encontrar los síntomas de todo tipo de enfermedades. “Disfrutar” de enfermedades imaginarias y hablar de eso como si fuese real. Pensar demasiado en los detalles de operaciones, accidentes, y otras formas de enfermedades.
- Hipocondría: el hábito de hablar sobre enfermedades, concentrando la mente en ello esperando su aparición. Enfermedad imaginaria (aunque produce el mismo daño que una real). Pensamiento negativo.
- Falta de ejercicio: sedentarismo, falta de actividad física, sobrepeso.
- Susceptibilidad a la enfermedad: constante preocupación sobre la posibilidad de tener que pagar facturas médicas, hospital, etc. Personas que pasan mucho tiempo preparándose para la enfermedad, hablando de la muerte, ahorrar dinero para el cementerio, etc. Relacionado al miedo a la pobreza. Esta situación baja las barreras inmunitarias y crea una condición favorable para cualquier forma de enfermedad.
- Auto-mimado: El hábito de fingir enfermedad para cubrir un plan de vagancia o para que sirva de coartada para la falta de ambición.
- Intemperancia: el hábito de usar alcohol o narcóticos para calmar dolores en lugar de eliminar la causa. Leer sobre enfermedad y preocuparse por estar enfermo. Ver, escuchar, leer demasiados comerciales sobre remedios patentados.
4- Miedo a la Pérdida del amor de alguien
Este miedo es quizás el más sensible de todos. Pues el ser humano necesita como aspecto principal en su vida amar y ser amado.
Desde los tiempos más remotos de la especie humana, la procreación se consideraba una forma de asegurar la especie. Por lo tanto, a nivel profundo, existe el miedo a perder la seguridad que implica tener el amor del otro.
Los celos y sentimientos asociados aparecen como un instinto de preservar al otro. Antiguamente, el macho intentaba asegurar su descendencia siendo polígamo, lo que aumentaba sus chances de prolongar su linaje, y lo realizaba sin delicadeza alguna hacia las mujeres. A su vez era territorial, y no quería que otros machos se entrometieran con su mujer elegida. En la actualidad, los hombres no usan la fuerza como lo hacían antes para conquistar a la mujer. Sus modismos han cambiado. Utilizan herramientas de persuasión, como ofrecerle a la mujer estatus social, costosos bienes materiales, etc. Y la mujer, sigue considerando que no se puede confiar en la naturaleza polígama del hombre.
Por ello es importante comprender este miedo en profundidad, para poder liberar esos instintos primitivos que nos vinculaban en la antigüedad. Hoy en día, no es necesaria la procreación y evolucionamos a niveles más sensibles y espirituales en las relaciones de amor.
Síntomas del Miedo a perder el amor
- Celos: el hábito de sospechar de amigos y seres queridos sin evidencia razonable de motivos suficientes. (Los celos son una forma de neurosis que aveces se vuelve violenta sin la mínima causa). El hábito de acusar a la pareja de infidelidad sin evidencias. Sospecha general de todos, absoluta ausencia de fe en cualquiera.
- Encontrar fallas: el hábito de encontrar fallas en amigos, relativos, socios de negocios, y seres queridos bajo la mínima provocación o sin causa alguna.
- Apuestas: el hábito de hacer apuestas, robar, engañar, o tomar opciones riesgosas para proveer de dinero a seres queridos con la creencia de que el amor puede ser comprado. Gastar más de lo que se tiene o incurrir en deudas para hacer regalos a los seres queridos, para mostrarse a sí mismo. Insomnio, nerviosismo, falta de persistencia, débil voluntad, falta de auto-control, falta de auto-suficiencia, mal temperamento.
5- Miedo a Envejecer
Este miedo tiene asociadas diferentes causas. Las principales, según el autor, son:
- El miedo a la pobreza: resulta común para las personas preocuparse sobre cómo se sustentarán durante la vejez. Tienen creencias de que tendrán menos energía vital para proveerse económicamente durante los años de edad avanzada.
- El miedo enfermar: se ha establecido socialmente que a medida que las personas envejecen son más propensas a enfermar. Esta es una creencia que si no es erradicada, vuelve a la persona susceptible de creer que por el solo hecho del paso de los años, ha de debilitarse y perder su estado de buena salud.
- El miedo a la pérdida de la atracción y actividad sexual: el erotismo es ciertamente un aspecto humano que está en constante cambio durante las diferentes etapas de la vida. El problema radica en que la persona perciba su valor personal en cuanto a este parámetro. Por ello teme perder su valor si no se siente atractivo desde el punto de vista sexual.
- El miedo a perder independencia y libertad: se trata del temor a no poder cumplir con sus necesidades especiales durante la edad madura, producto de las modificaciones que el cuerpo físico pueda atravesar y por las eventuales limitaciones económicas producto de su menor productividad laboral.
Síntomas del Miedo a envejecer:
- La tendencia a disminuir la velocidad: desarrolla complejo de inferioridad a la edad de madurez, alrededor de los 50 años, falsamente creyendo que se está “resbalando” a causa de la vejez. (La verdad es que unos de los años más útiles, mental y espiritualmente, son aquellos entre los 50 y 60).
- El hábito de hablar disculpándose: considerarse viejo por haber alcanzado los 60 o 70 años, en lugar de revertir la regla y expresar gratitud por haber alcanzado la edad de la sabiduría y entendimiento. Una frase común típica de este aspecto es “me olvido de las cosas porque soy viejo”.
- El hábito de matar la iniciativa: matan la imaginación y auto-suficiencia por creerse falsamente demasiados viejos para ejercitar estas cualidades. Vestirse de tal forma que aparentan ser más jóvenes y afectar los manierismos de la juventud. Frases como “estoy demasiado viejo para eso”, “ya estoy de vuelta en la vida”. No se atreven a ponerse objetivos por miedo a no ser capaces de conseguirlos, solo por estar en la edad de la madurez.
6- Miedo a la Muerte
Este miedo sin dudas es el que más impotencia genera, pues se trata de comprender que nuestra existencia tal como la conocemos es limitada en el tiempo.
Las personas se han preguntado a lo largo de la historia esta duda existencial: Desde dónde vengo, y hacia dónde voy?
Es importante notar la influencia de la religión en este tema. Durante cientos de años se han desarrollado creencias acerca de la muerte, y se le ha inculcado a las personas lo que la muerte ha de ser. Sobre todo, que puede ser algo atroz, porque “uno puede ir al infierno al morir” si no ha seguido lo que para tal religión eran los parámetros correctos de conducta durante la vida. Esto a vuelto a las personas débiles y temerosas, y lo más triste es que muchas de ellas han cedido su poder a organismos, dioses y dogmas sobre lo que su vida y su muerte ha de ser. Han dejado de cuestionarse sus creencias tan arraigadas, porque la costumbre y la educación recibida se han convertido en una verdad para ellas.
La verdad es que nadie sabe con certeza qué sucede cuando llega la muerte. Afortunadamente, los tiempos han cambiado y cada vez hay más información, y la oportunidad de romper con los antiguos paradigmas. El miedo es inútil. La muerte llegará sin importar lo que cualquiera piense acerca de ella. Por lo tanto, es importante decidir cómo pensarás acerca de este hecho natural de la vida. Y, sobre todo, cuestionarte si tus creencias actuales al respecto te hacen sentir miedo y angustia. Pues, sobre un hecho que no puedes cambiar, la actitud que tengas al respecto puede significar un cambio diametral en cuanto a cómo vives la vida.
El mundo entero está hecho de energía y materia. Ambas pueden ser transformadas, pero ninguna puede ser destruída. La vida es energía, por lo tanto no puede ser verdaderamente destruída. La muerte es una transición.
Pero si la muerte no fuera un mero cambio, entonces nada viene luego de la muerte que no sea un sueño pacífico y eterno, y el sueño no es algo que deba ser temido. De cualquier forma, debes entonces limpiarte del miedo a la muerte.
Síntomas del Miedo a la muerte
- Pensar demasiado sobre la muerte, en lugar de enfocarte mayoritariamente en la vida. Este hábito se debe generalmente a una falta de propósito o falta de una ocupación adecuada.
- Asociarlo con el miedo a la pobreza y a la enfermedad: temer que la muerte del individuo deje a sus seres queridos en la pobreza. Temer tanto a morir que uno disminuye sus propia resistencia corporal, llevándose a sí mismo a la enfermedad.
- Fanatismo religioso: tener creencias muy profundas impuestas por dogmas y sectas religiosas, que siembran miedo y prometen castigo eterno mediante la muerte para quienes no cumplen con sus doctrinas.
- Decepciones en el amor: los dolores del corazón con respecto al amor pueden llevar al individuo a temer la muerte por no tener “el amor correspondido” y sentir que no pueden continuar viviendo sin él.
El gran remedio: ten un deseo ardiente por el logro, respaldado por un servicio útil hacia los demás. Las personas ocupadas no tienen tiempo de pensar en la muerte.
Conclusión
En este artículo, hablamos sobre estos 6 miedos básicos que experimentamos los seres humanos, basados en las enseñanzas de Napoleon Hill.
Comenzar a distinguir tus miedos, es el punto inicial para comprenderlos y poder superarlos. Aunque pueda resultarte incómodo y penoso el acto de poner tu atención en ellos, debes saber que de esa manera logras plantar las semillas del cambio. De esta manera, lograrás detectar todas aquellas creencias que llevan a tu mente a estar en un estado alejado de la gracia, y que solo te causan dolor y desesperación.
El miedo es un recurso humano, que existe para encaminarnos. Si lo sabemos apreciar, puede indicarnos el correcto camino que nuestra alma ha de transitar en el camino de la vida.
Nota: Las frases escritas en cursiva son citas textuales del autor Napoleon Hill correspondientes a la obra citada.
Fuentes:
Napoleon Hill, «Think and grow rich» compiled by Ross Cornwell 2015 (Mindpower Press)
Henry K. Beecher,»The Powerful Placebo” publicado en el Journal of the American Medical Association (JAMA) en 1955.