¿Alguna vez pensaste que tu vida en la ciudad carece de sentido? ¿Están tus valores alineados a tu estilo de vida?
En este artículo podrás explorar el arte de vivir sabiamente en comunidad. Descubrirás qué hacen muchas de las comunidades alternativas locales más prósperas del mundo y cómo su filosofía puede ayudar también a cualquier ciudadano promedio a mantener el contacto con la naturaleza, garantizar un medio próspero y sano y mejorar el estilo de vida general.
Introducción
Lo primero a considerar al analizar la vida cotidiana actual es el grado de estrés que define el ritmo. Si miramos a la sociedad desde una perspectiva de halcón, podemos observar que muchas personas no solo están ocupadas, sino atrapadas en un estrés crónico que afecta tanto su bienestar como su productividad. El problema es que aquello que parece eficiencia o logro acaba volviéndose ineficacia y genera malestar en el largo plazo. Este tipo de estrés persistente se diferencia claramente del estrés agudo, que es una respuesta temporal a desafíos puntuales. Mientras que el estrés agudo suele ser pasajero y controlable, el estrés crónico se vuelve un compañero silencioso, afectando poco a poco nuestra salud mental y física.
A menudo, pareciera que avanzamos sin un propósito claro que realmente refleje nuestros ideales, como si no supiéramos cómo hacer una pausa para reflexionar. Aquí radica el desafío: ajustar nuestra vida y nuestros hábitos a un modelo más sostenible y en armonía con la naturaleza. Cuando logramos conectar con esos ritmos naturales y alcanzamos un estado de relajación más profundo, comienzan a emerger respuestas desde lo más oculto de nuestro inconsciente. Es en ese punto donde nuestros ideales se fusionan a nuestros deseos y consecuentemente a nuestras acciones en la rutina personal y para con el entorno.
Este proceso constante de prueba/error y exploración es algo que los integrantes de comunidades alternativas han dominado, logrando una vida más coherente y alineada con sus ideales. Tal vez, inspirarnos en ellos podría ser el primer paso hacia un equilibrio que nos permita dejar atrás la carrera interminable del estrés crónico y reencontrarnos con un bienestar más genuino.
El desafío de vencer la inercia
—Tengo que trabajar/estudiar y no puedo «perder» el tiempo en otras cosas— Pensarán muchos. Es común también encontrarse en un período de coyuntura. En nuestra vida contemporánea, las personas experimentamos muchas emociones como ansiedad y miedos a romper los esquemas tradicionales es decir, los caminos más transitados hoy en día por el ser urbano. Seguir las corrientes de pensamientos y comportamientos de nuestro entorno cercano es un camino que representa menos obstáculos y nos permite «encajar» o sentir que pertenecemos a determinado grupo social. No obstante, este estado estático que implica una tendencia a seguir en reposo, es también una condición que nos privará de experimentar grandes cambios.
El objetivo de este artículo es explorar otras filosofías de vida mostrando algunos esquemas de hábitos, valores, y acciones que también sean económicamente sostenibles. Eventualmente podrás incursionar más en dichos conceptos y mimetizar con el arte de vivir sabiamente en comunidad. Si te encuentras ante un dilema es mejor encontrar un momento de tranquilidad y preguntarte: ¿Esto luce como un día ideal para mí? ¿Cuál es la verdadera razón de mis acciones?
La respuesta puede estar escondida en muchas de las cosas que las comunidades alternativas predican y viven día a día. Puede que incorporar ciertas creencias a nuestra filosofía de vida y concepción del todo no sea tan difícil una vez que experimentemos resultados positivos a costa de acciones asequibles. Dichas comunidades son integradas por seres en constante movimiento que obtienen en todo momento enfoques e información de distintas culturas y temáticas. Su vida es rica y variada pero sus valores consisten en un patrón bien definido.
A continuación, veremos 3 comunidades alternativas europeas que representan valores específicos y una forma de vivir más alegre y en armonía con su entorno tanto social como medioambiental.
Ruigoord; una comunidad experimentalista contemporánea
Nuestra primera parada se encuentra en Países Bajos, en una villa católica común y corriente que parecía estar en cierto estado de abandono. Es en 1973 que fue ocupada por artistas para evitar su demolición (en aquel entonces inminente) y protegerla de la expansión industrial. Desde entonces, el establecimiento ha sido amenazado incontables veces por la gran industria pero por razones «sobrenaturales» se ha mantenido en pie para continuar su legado cultural y promover valores como:
- Libertad de expresión
- Experimentalismo
- Cuidado del medio ambiente y la sostenibilidad económica
- Vida a través de la cooperación
Dicha villa, es un enclave artístico semi-autosostenido apoyado por el gobierno, donde convergen disciplinas como la música, la literatura y el arte visual. Su historia promueve una extravagancia que se mantiene hasta el día de hoy y es interesante ver el tipo de actividades que se promueven. Dichas actividades incluyen festivales en días astrológicos especiales (solsticios y equinoccios), ferias y mercados alineados a los valores mencionados. Tales eventos están orientados a productos de calidad artesanales, iniciativas modernas basadas en la tecnología e iniciativas con artistas locales y organizaciones internacionales que van desde charlas de inteligencia artificial hasta seminarios o talleres de Yoga.
Llevar una vida enfocada a la experimentación artística no es para todos pero puede darnos puntos de vista e información invaluables. Además, ser parte de una comunidad arraigada a la naturaleza, el comercio local y el cooperativismo nos da un sinfín de beneficios y significa una reducción en la cantidad de trabajo que debemos realizar para tener un buen nivel de vida. Estar en contacto con nuevas ideas e innovaciones puede resultar en un cambio exponencial en nuestra manera de ver las cosas.
ZEGG; vivir en comunidades autosuficientes
Es momento de mencionar un buen ejemplo de comunidad auto-sostenida. En este caso, nos encontramos en Alemania, Zentrums für experimentelle Gesellschaftsgestaltung (Centro de Diseño Social Experimental o ZEGG).
Fundada en 1991, dicha organización busca explorar y desarrollar formas alternativas de vida sostenible y colaborativa. Se basa en cuatro principios fundamentales:
- Sociocracia y toma de decisiones participativa
- Auto-organización y responsabilidad personal
- Transparencia y comunicación abierta
- Sostenibilidad social y ecológica
La comunidad se retroalimenta en términos sociales a través de programas de voluntariado, seminarios y talleres educativos sobre sostenibilidad, y alianzas con redes de barrios/villas ecológicos y comunidades intencionales. Ofrecen estancias de prueba para aquellos interesados en unirse a largo plazo, permitiendo a los participantes experimentar la vida comunitaria antes de comprometerse. Además, su divulgación en redes sociales y su rica oferta de actividades culturales y educativas atraen personas que buscan una experiencia transformadora, fomentando el interés por contribuir a sus proyectos ecológicos y sociales.
La gobernanza a través del consentimiento
La toma de decisiones se realiza en círculos especializados. Estos círculos están conectados a través de mediadores que facilitan la intercomunicación. Las decisiones se basan en el consentimiento, es decir, se aceptan mientras no haya objeciones fuertes.
La comunidad fomenta la auto-organización, donde los miembros asumen responsabilidades y lideran proyectos según sus intereses. Para temas importantes, se llevan a cabo reuniones comunitarias generales, y a través de un Foro (Foro ZEGG) se permite la expresión abierta y emocional de pensamientos y sentimientos, fortaleciendo la cohesión social.
ZEGG está guiado por principios de confianza, apertura, y sostenibilidad social, y también promueve una economía compartida, en la que los recursos y bienes se gestionan y utilizan colectivamente, minimizando el consumismo individual. Podemos apreciar un patrón de valores cuando hablamos de vivir sabiamente en comunidad.
«Buscábamos una forma de aportar más eficacia y claridad a nuestro sistema. ZEGG se caracteriza por el principio del consenso, habitual en nuestra cultura desde hace mucho tiempo. Por eso era importante para nosotros definir funciones claras, establecer jerarquías (planas) y utilizar un proceso de toma de decisiones que permitiera mucha participación.» (1)
Garantizando un medio próspero
Dicho lugar comenzó como un experimento social y ha evolucionado durante los últimos 30 años. Actualmente posee instalaciones propias como:
- Fuentes de generación de energía renovables: Especialistas desarrollaron un sistema energético con capacidad de abastecer el 100 % del consumo de la comunidad a través de calderas de biomasa. La biomasa, que generalmente consiste en madera o residuos agrícolas, es una fuente de energía renovable que proporciona calor de manera eficiente y con bajas emisiones de carbono. Los edificios además cuentan con paneles solares en los techos de algunos edificios generan electricidad para la comunidad, mientras que colectores solares térmicos se utilizan para calentar el agua, especialmente en las instalaciones comunes, como baños y cocinas.
- Infraestructura y educación: Los miembros diseñaron y ejecutaron la construcción de un edificio escolar completo con biblioteca pública integrada. Además, el lugar cuenta con un bar y otras instalaciones sanitarias que aseguran el comercio libre y la interacción turística. Aunque no es una fuente de generación de energía en sí, ZEGG ha construido y renovado muchos de sus edificios utilizando materiales ecológicos y técnicas de aislamiento eficiente. Esto ayuda a reducir la demanda de energía para la calefacción y el enfriamiento, maximizando el rendimiento de las fuentes renovables que utilizan.
- Producción de alimentos: El espacio también contiene avanzados permacultivos donde se generan gran parte de los alimentos ingeridos. Utilizan prácticas de cultivo orgánico en sus huertos, integrando plantas, agua y animales de manera eficiente para mejorar la fertilidad del suelo y reducir el impacto ambiental. Además, optimizan el uso del espacio y los recursos mediante un diseño ecológico, fomentando la autosuficiencia en la producción de alimentos y la sostenibilidad a largo plazo.
Coconat; Co-work, Co-living & Naturaleza
Pioneros en el concepto de «workation«, Coconat es una organización basada en el impacto cuya misión es:
«formar y desarrollar la vida en comunidad a través del trabajo concentrado en la naturaleza.» (2)
En un pueblo de 75 habitantes a 1 hora de Berlín, Alemania, en las entrañas de los bosques y colinas de Brandemburgo, se encuentra un añoso complejo de chalets alojando un concepto tan variado como la misma esencia de la gran ciudad cosmopolita en las cercanías.
Todo comenzó como un experimento en 2012 y luego de un test positivo el lugar abrió sus puertas oficialmente en 2017. Desde entonces el proyecto ha sido referencia de innovación y precursor en iniciativas emprendedoras en distintos sectores.
Trabajadores y residentes de distinta índole bajo el mismo techo
¿Es posible mezclar un hub de innovación rural, un negocio hotelero y un centro de intercambio cultural? Claro que sí, Coconat lo hizo. En este lugar podemos encontrar los siguientes grupos de residentes:
- Huéspedes: Generalmente grupos de estudiantes de las distintas universidades de los alrededores pero también trabajadores de empresas privadas. Ellos representan el sustento económico para la realización del lugar.
- Voluntarios: Viajeros de cualquier parte del mundo que trabajan a tiempo parcial a cambio de hospedaje, comida y otro sinfín de beneficios que se ofrecen en las instalaciones. Generalmente su estadía consta de un par de meses. Este grupo es primordial en lo que respecta a la atmósfera y diversidad cultural del lugar.
- Alumnos de intercambio: Alumnos de universidades extranjeras que residen a medio plazo (1 año) y llevan a cabo una pasantía o entrenamiento. Ellos poseen acceso también a los beneficios mencionados.
- Staff local: Personas de las cercanías que son parte del staff fijo y que también tienen la posibilidad de residir. No es necesario ahondar en la importancia del empleo local y más en zonas alejadas.
- Co-workers: Personas de los alrededores que a cambio de una prima obtienen acceso a todas las instalaciones de recreación y trabajo, pero que no se alojan en el chalet. Dicho grupo mantiene iniciativas a largo plazo y representa otro segmento de clientes diferente.
- Residentes temporales de iniciativas emprendedoras: Coconat es también sede de iniciativas radicales que involucran grupos ad-hoc en proyectos de distinto origen como arquitectura, videojuegos, construcción orgánica, robótica y demás.
In Human we trust
Por otro lado, la clave de dicho establecimiento radica en la atmósfera que promueve. Un gran catalizador atmosférico es el concepto de un bufet autoservicio vegetariano que brinda 3 comidas caseras al día. Una excusa más para entablar relaciones y encender nuevas chispas entre los integrantes. Grandes espacios comunes combinados con cabinas acústicas y naturaleza próxima son el blend perfecto.
El lugar posee un bar y algunos otros puntos de venta que funcionan con un sistema 100% basado en la confianza y un autoservicio parcial. La reposición y la limpieza las realizan los voluntarios y alumnos de intercambio. Sin embargo, cualquier residente es alentado a ir del otro lado del mostrador y servirse. Aún más llamativo es el sistema de pago que consiste en anotar en una planilla facilitada los consumos, para luego abonar al final de la estadía. El sistema es el mismo para cualquier tipo de residente y hay distintas planillas según los grupos antedichos para mantener las cuentas organizadas. La gran mayoría de los productos son locales y orgánicos representando una gran parte de su oferta, lo cual añade mucho valor y garantiza una experiencia original.
Vivir sabiamente en comunidad en 1 párrafo
En síntesis, estas comunidades no solo promueven formas alternativas de vida, sino que representan faros de innovación social enfocados a una vida más armoniosa. ZEGG, con su enfoque en la sociocracia, la comunicación abierta y el amor libre, Ruigoord, como un bastión creativo de la contracultura y el experimentalismo, y Coconat, al combinar naturaleza y la confianza mutua con espacios de trabajo productivos. Todos ofrecen modelos con valores vibrantes que integran sostenibilidad, colaboración y bienestar personal a través de la vida con el prójimo. En un mundo que busca respuestas ante la conexión social superficial y el agotamiento de los recursos, estas iniciativas nos invitan a repensar cómo vivimos, trabajamos y relacionamos, demostrando que el futuro puede ser comunitario, creativo y económico-circular.
Bibliografía:
(1) Cordula Andrä, Management ZEGG gGmbH (2) About Coconat